Y quiso romper las reglas, quiso salir de su caparazón. Se vistió de fiesta y se desmelenó.
Se decantó por un Little Black Dress, de los que nunca pasan de moda, unas medias fantasía y unos botines de tacón. Maquilló sus tiernos ojos y sus labios color burdeos.
Hacía tanto tiempo que no lo hacía que incluso le costó coger el ritmo a la canción. Se sentía incómoda, fuera de lugar. Pero allí estaba. Dispuesta a sentirse ella misma por un rato.
La invitaron a bailar y hasta con un sugus se vio sensual. Disfrutó del momento y se olvidó de lo demás.
Acostada, cierra los ojos y piensa en ella. Le falta y no lo puede remediar. Su vida ahora gira en torno a su recuerdo y no lo quiere borrar. Debiera dedicarse más tiempo pero es más fuerte lo que tiene detrás. Se niega a avanzar y es su triste realidad.
Aún así, sigue luchando por un mañana mejor, por una nueva oportunidad. Ella está hecha para pelear.
Cualquier día es tu día, MUJER.