Reciente lo tengo y aún me queda por vivir la segunda experiencia.
Muchas son las fuentes que idolatran la maternidad y el cuidado y crianza de los hijos; aunque la realidad es como la vida misma, con sus cosas buenas y sus cosas no tan buenas.
Mi hijo tiene dos años y en este tiempo, vivido muy intensamente, hemos atravesado de todo.
Tengo que reconocer que tenemos establecidas ciertas rutinas que consiguen ordenar su día a día y también, su comportamiento. Por ejemplo, lo llevamos a la Escuela Infantil para desarrollar contacto con otros niños y habilidades enfocadas al futuro Colegio. Mantenemos la siesta para que afronte la tarde más descansado. Y por la noche, un baño relajante antes de cenar.
Pero como es obvio, es un niño, y se encuentra en una fase de total descubrimiento así que también nos toca lidiar con pequeñas rabietas y el “no” famoso.
Seguramente, a la mayoría de vosotros os sonará…
Y entre eso, todos en la familia estamos preparando la llegada de otro miembro, con género femenino, porque todos nos tendremos que adaptar a aumentar las responsabilidades, cada uno a su escala.
Como pasa en millones y millones de familias, hay que mentalizar al primero que llegará su hermanita pequeña para compartir vivencias y juguetes. Que nunca será su competencia ni en el amor de sus padres ni en la vida. Muy al contrario, fomentaremos que sean un equipo y se apoyen el uno al otro.
Esto me hace recordar mi infancia, y no puedo evitar sentir nostalgia…
Ojalá sepa transmitir a nuestros hijos un poquito de lo que he recibido yo!